La huella de carbono de la bicicleta es la más baja: Eficaz lucha contra el cambio climático
Usar la bicicleta como medio de transporte no sólo tiene beneficios para la salud, tanto en lo físico como sicológico- nos libera del stress- si no que además, en la medida que se use masivamente tiene efectos muy positivos respecto al medio ambiente.
Como contamos aquí en Sustentator, la huella de carbono es una forma de calcular las emisiones de gases de efecto invernadero que se genera en este caso al viajar. No hablamos sólo de dióxido de carbono, sino de lo que se suele llamar CO2 equivalente, que es una forma de englobar a todos los gases que producen el efecto invernadero sobre nuestro planeta, y que son los culpables del Calentamiento Global.
Empecemos por el transporte que más gases emite que no es otro que el coche. Un viaje de unos 8 kilómetros en auto para ir y volver generan unos 22 kilogramos de CO2 equivalente. Si esto lo multiplicamos por cada día de trabajo en un año son unas 4,8 toneladas de CO2, más que un viaje en avión desde Londres a Hong Kong ida y vuelta.
Si el camino está congestionado, y tenemos que unirnos a la masa metálica de decenas y cientos de motores contaminantes, las emisiones se triplican. Es que conducir con muchas paradas duplica el consumo de combustible por kilómetro, y hace que los demás coches también consuman más, por lo que terminan triplicándose las emisiones de CO2e. Si uno se ve obligado a viajar por una vía congestionada, lo ideal es tratar de reducir al mínimo las paradas y vuelta a arrancar, que son lo que aumentan las emisiones.
Seguimos con los trenes, que si bien los que son eléctricos pueden ser la opción más sustentable, la huella de carbono puede ser mayor de lo esperado.
Las emisiones de un tren tipo (medido en Londres) por los mismos 8 kilómetros que habríamos recorrido con el coche son unos 750 gramos de CO2e.
Le llega el turno al colectivo o autobús. Si bien los colectivos funcionan con combustibles fósiles, contaminantes, tienen una huella de carbono menor que un tren si es que van llenos de gente. Un colectivo tipo de Londres, no los de dos pisos, genera unos 750 gramos de CO2e, es decir igual que un tren.
Un colectivo más pequeño, de esos que llevan unos 20 pasajeros apenas emitiría 15 gramos de CO2e. Pero si vamos al común con el colectivero y sólo una persona, por ejemplo usted, entonces la huella aumenta a 1,4 kilos de CO2e. No se contempla aquí si el colectivo está en mal estado, lo que aumentaría mucho la huella. Otro factor que aumenta, es si debe hacer muchas paradas. Y un factor que reduciría mucho la huella, sería si el colectivo fuese híbrido o directamente eléctrico.
Ahora, ¿sería entonces mejor ir en bicicleta a todos lados para evitar las emisiones? Sí, sería mejor, pero tampoco es que nos libremos de la huella de carbono. Si los mismos 8 kilómetros que estuvimos calculando para el coche, tren y colectivo, los hiciésemos en una bicicleta la huella de carbono la tendríamos que calcular dependiendo de lo que hayamos comido, ya que ese sería el combustible. Uno quema más o menos 50 calorías por cada kilómetro y medio de pedaleo, así que dependiendo de lo ejercitado que esté uno, del peso y la velocidad, así también como de cuánto debemos usar el freno, tendríamos una huella de carbono que iría desde los 325 gramos de CO2e si comimos bananas a 1,3 kilos si lo que comimos fueron hamburguesas.
Partimos de la base de que para viajar en los otros transportes no quemamos calorías. La bicicleta, por más que tenga una huella de carbono, es mucho menos, no es contaminante y nos hace más saludables. Por eso, como pueden ver, cuando más saludable y sustentable sea nuestra comida, tiende a generar también menos emisiones. Así que ya saben cómo manejarse a la hora de elegir el transporte al trabajo. Pueden conseguir una bicicleta de bambú en el Store de Sustentator, que incluso en su proceso productivo tiene una huella de carbono muy baja!