Ciclismo Urbano: “HOLANDA ES UN PARAÍSO PARA LOS CICLISTAS “

 

Chileno, oriundo de Temuco, recorrió cinco países en Europa arriba de una bicicleta y lo maravilló como el Estado holandés no sólo promueve su uso, sino que además dota a ese país de toda una infraestructura para que sea un medio de transporte seguro. Y descubrió porqué Holanda es el paraíso del ciclismo urbano.

No es precisamente un trotamundos, es exactamente un pedalea mundos, eso refleja de mejor forma lo que ha hecho este temuquense de 31 años: pedalear por el mundo.

Felipe Jara Barrenechea, profesor de educación física, deportes y recreación, tomó su primera bicicleta a los cinco años, la típica historia del hermano menor que va heredando todo lo que ya le aburre al más grande. Y no la soltó más. A

unque actualmente trabaja en una empresa en el área administrativa, Felipe es todo un deportista. Gusta del fútbol, del snowbard, del trekking, además de la bicicleta “Desde que aprendí a andar se transformó en mi medio de transporte, recuerdo que tuve la enseñanza antigua (sin rueditas chicas), a punta de caídas, de sus buenos porrazos, como todo en la vida, pero al final se aprende.

En un par de días ya sentía que la dominaba, era un poco dueño del mundo. Para Felipe, como para muchos cultores de la bicicleta, más que un medio de transporte es una filosofía de vida. “Sentir el viento, el sol, la lluvia, los elementos de la naturaleza llegando sin intermediarios a nuestro cuerpo, me da una sensación de relajo y de un tremendo bienestar. Además cada trayecto suele ser una aventura en donde puedes pensar, meditar o simplemente disfrutar del paisaje, para luego darte cuenta que tu mente se despeja. Trasladarse en bicicleta es además amigable con el medio ambiente y además para las personas es muy beneficioso tanto para la salud física como mental.

Aunque desearía que fuera más frecuente, usa la bicicleta dos veces a la semana. “Me encantaría ir al trabajo en ella pero lamentablemente me queda a 70km. y se me hace imposible, así y todo cuando puedo me arranco a la montaña o un simple trayecto para visitar a un familiar o amigo”.

PEDALEANDO POR EUROPA, UNA GRAN EXPERIENCIA

Felipe ha recorrido en bicicleta incontables lugares y regiones, “cada aventura te deja un aprendizaje, pero sin duda lo que marcó su vida fue la travesía que realizó por Europa.

“Fue una gran experiencia poder experimentar el día a día de sociedades y culturas que consideran la bicicleta como un medio de transporte en serio. En donde el Estado se ocupa de promoverlo, porque entre otras cosas se da cuenta que trae grandes beneficios para la sociedad en su conjunto. Existe respeto mutuo, excelente infraestructura, leyes y reglamentos claros, en definitiva la bicicleta es un medio de transporte legitimado”. Una de las cosas que llamaba la atención a Felipe era ver a familias completas con sus alforjas listas para disfrutar de una hermosa jornada de camping al lado de un lago, a adultos mayores en sus bicicletas asistidas electricamente, mujeres con vestido y taco alto rumbo a su trabajo, hombres de cuello y corbata, grupo de adolescentes , de todo. En general la bicicleta es usada por personas de todas las edades y algo que destacar, el mal clima nunca es usado como excusa para dejarla de lado.

Felipe tuvo la oportunidad de recorrer cinco países en Europa. Y según lo que nos cuenta en todos ellos están muy familiarizados con la bicicleta

“En Suiza, tuve la oportunidad de ver esos hermosos paisajes de postales, cuando cruce los Alpes en un pueblo llamado Giswil, una familia me facilitó su patio para poner mi carpa. Además me invitaron a cenar, es gente muy amable, no es tan cierto eso de la frialdad europea. Le llamó la atención también que en todos los poblados existen bebederos de agua potable, totalmente gratis, debido a ello nunca tuvo problemas con la hidratación.

“En Alemania orillé el rio Rin, que es como la arteria de Europa, rodeado de bosques, plantaciones y pastizales con ganado. También es cierto que hay fábricas que producen algo de contaminación, pero están controladas. Se puede acampar en algunos lugares libremente, hay casitas en los bosques que se pueden utilizar discretamente, siempre respetando el medio ambiente, no dejar rastro y si se encuentra algo de basura, se toma y la vierte en los lugares habilitados. También crucé grandes ciudades como Bonn, Colonia, Dusseldorf, aunque los poblados pequeños son los más hermosos. En Bélgica también se usa mucho la bicicleta. Tuve la fortuna de conocer personas muy llanas que incluso me abrieron las puertas de su casa, se fueron a trabajar y me dejaron ahí para que me cocine y descanse. Es increíble el nivel de confianza en la gente. Supongo que lograron ver en mí a un cicloturista, con buenas intenciones. Nos hicimos muy amigos y de hecho quedaron de venir a visitarme. En Francia si bien no fueron muchos kilómetros en ciudades grandes como Llile el ambiente fue un tanto hostil. Se usaba la bicicleta, pero algunos conductores no eran tan amables. En los pueblos más pequeños, la situación es diferente.

HOLANDA LA LLEVA

 

Si ya Europa lo había sorprendido por la cultura ciclística, le faltaba aún conocer Holanda. Y literalmente le encantó ese bello país. “Existen vías exclusivas para bicicletas, calles regulares son utilizadas por vehículos y bicicletas,, pero a cada lado se destaca que la preferencia la tienen estas últimas y si viene un vehículo debe esperar que del otro lado no venga nada para adelantar de lo contrario debe esperar. Hay también semáforos exclusivos para bicicletas con su respectivo botón para que el verde llegue más pronto, rotondas con su circunferencia pintada en rojo para que transite la bicicleta con preferencia. Resumiendo: en los 400km en Holanda no existe ningún lugar en los cuales no exista una ciclovía así de sencillo jaja. También hay algunos problemas. En las ciudades grandes tales como Amsterdam, y Roterdam la convivencia ciclística es una locura, hay mucho ciclista imprudente, pero para mí es mejor eso que soportar la locura vehicular.

DE VUELTA A CHILE

Pero tanta maravilla constrasta con la vuelta a la realidad, a Chile. De retorno al país le resulta inevitable remarcar a diario las diferencias. “Estamos muy lejos de llegar a eso, pero como dicen por ahí nada es imposible y siento que hay que ser optimista, en estos años se ha mejorado en algo las condiciones para los ciclistas chilenos, pero claramente falta mucho camino por recorrer, por mi parte siempre intentaré aportar con lo que pueda, para que algún día podamos sentirnos seguros y respetados en las calles de nuestro país”.

Es su sueño, también el nuestro y no sólo eso. Es el desafío de @chilepedaleando.

 

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