Con ley que reduce velocidad de vehículos en zonas urbanas, no sólo se protege a quienes practican el ciclismo urbano, sino que también a peatones

Una gran polémica se ha producido a raíz del proyecto de ley que apunta a reducir la velocidad urbana de 60 Km/h a 50 Km/h. Consideramos que la medida positiva aunque es poco audaz si lo comparamos con lo que ocurre en naciones más desarrolladas.

El Ministerio alista modificación a Ley de Tránsito que pretende aumentar seguridad de ciclistas en las calles. Iniciativa reestablecería el límite que regía hasta 2002, cuando se elevó a 60 kilómetros por hora.

Hay que recordar  que el gobierno en su discurso del 21 de mayo la construcción de 190 kilómetros de ciclovías de alto estándar en todo el país, el subsecretario de Transportes, Cristián Bowen, conssolidó este proyecto, aseguró que prontamente se ingresará un proyecto de ley para disminuir la velocidad máxima urbana de 60 a 50 km/h y así proteger la integridad de los ciclistas.

“No vamos a poder tener ciclovías en todas las calles de Chile por lo que muchos ciclistas tendrán que ir por las calles en varios lugares. Por eso, la Ley de Tránsito se debe hacer  cargo de las singularidades de la bicicleta y seamos capaces de bajar las velocidades”, sostuvo el subsecretario, agregando que “muy prontamente ingresaremos una modificación a la Ley del Tránsito para hacernos cargo de esta realidad que busca, entre otras cosas, reducir la velocidad máxima urbana de 50 km por hora a 60 km por hora”.

La iniciativa retomaría los límites de velocidad permitidos antes de que se modificara la Ley del Tránsito en 2002.

A pesar de lo que afirma Alberto Escobar del Automóvil Club de Chile, quien asegura  “Nuestro país es el único que, cuando en el resto del mundo se estaban bajando las velocidades máximas, Chile la subió de 50 km/h a 60 km/h en urbano y de 100 km/h a 120 km/h en carreteras”, la verdad que eso no es efectivo, al menos en lo que se refiere a zonas urbanas. En Europa incluso crearon el concepto de C-30, es decir 30 Kms/h  es el máxino. España y Holanda son buenos ejemplos de ellos.

Según Bowen, un año después del cambio a la ley, hubo un aumento de 25% de fallecidos en accidentes de tránsito en la ciudad.

Otras de las medidas que incluiría el nuevo proyecto sería generar zonas calmas de velocidad. “Estamos buscando dar facilidades a los municipios para que puedan reducir las velocidades máximas en ciertos lugares, para generar zonas calmas de velocidad, zonas de máximo 40 km/h, 30 km/h incluso 20 km/”, añade Bowen.

La autoridad agrega que la iniciativa también incluye que las escuelas de conductores tengan un módulo de educación vial orientado a la convivencia entre distintos modos de transporte.

En esta línea, Escobar sostiene que “lamentablemente, hoy día en Chile el 60% de los conductores excede las velocidades máximas en la ciudad y las excede en 20 km/h, en promedio, sobre la máxima. Entonces, antes de determinar si es 50 km/h ó 60 km/h la velocidad permitida, deberíamos empezar a fiscalizar la velocidad máxima”.

Se sabe que la velocidad tiene una incidencia fuerte sobre los fallecidos y los accidentes con consecuencias graves. Pasado los 30 km/h el riesgo de muerte y de invalidez crece a saltos agigantados. Por eso los países intentan reducir las velocidades, creando zonas 20, zonas 30, barrios completos de tráfico calmado y para las arterias principales establecen máximas de 50. Pero esto no sólo beneficia a quienes practican ciclismo urbano, sino que también a los peatones.

 

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