Ciclismo urbano, nuevas generaciones optan por dejar el automóvil

En un excelente reportaje publicado en La Tercera  , se da cuenta del fuerte avance que tiene la bicicleta como medio de transporte. El ciclismo urbano en Chile y en el mundo registra fuerte avance.

Si bien la bicicleta no reemplaza en su totalidad al automóvil , realiza avances en relación al menos a reducir su uso.

Hace unos años el auto era un símbolo de estatus y de llegada a la adultez, pero hoy, para algunos jóvenes, manejar no tiene glamour. Los millennials se alejan del volante y la explicación no son sólo los tacos.

La generación que no quiere manejar

Damos a conocer alcance de este avance en lo que respecta al ciclismo urbano. Lo hemos señalado en post anteriores. La tendencia es irreversible, a pesar de autoridades y quienes aspiran a serlo.

 

Pese a que el parque de automóviles ha crecido explosivamente en las últimas dos décadas, y hoy sólo en la Región Metropolitana hay más de cuatro millones de vehículos inscritos para siete millones de habitantes, en el rubro automotriz dicen que entre aquellos que nacieron en los 80 y 90 –los millenials- manejar no tiene el glamour de antes. “Es una tendencia internacional, todos los años los automóviles club del mundo se juntan en una reunión mundial y desde hace cinco hemos detectado que la gente joven está cada vez más desinteresada en tener un auto y que si lo llegan a tener cada día manejan menos”, cuenta Alberto Escobar, gerente de asuntos públicos de Automóvil Club de Chile.

Uno de los países donde más documentado está el fenómeno es Estados Unidos y de acuerdo auna investigación de Brandon Schoettle y Michael Sivak, de la Universidad de Michigan, el 69 por ciento de los menores de 19 años tiene licencia de conducir, mucho menos que el 90 por ciento que ya la había obtenido a esa edad en 1983. “Conseguir una licencia de conducir no es una prioridad como era en el pasado”, dice Brandon Schoettle y explica que según él, esto puede deberse a que en Estados Unidos y varios otros países, de los cuales Chile no es la excepción, obtenerla es más difícil y hay más restricciones. “Tal vez manejar es un poco menos divertido de lo que era”.

También puede ser otra prueba más de que los millennials tienden a postergar todo para después de los 30 años: formar una familia, tener una casa o tener su primer auto, un comportamiento que en los países del primer mundo se agudizó tras la crisis de 2008.

Cómprate una bici, Perico

En Chile hay menos información, pero de acuerdo a  los datos del INE, entre 2009 y 2014 las licencias de conducir Clase B obtenidas por el grupo de 17 a 21 años cayeron un 27 por ciento. “Hay una especie de fobia a perder el tiempo conduciendo y por eso no ven un atractivo en un auto”, especula Escobar.

La contaminación, los atochamientos o el gasto que significa tener y estacionar un auto son algunas de las razones que desincentivan ponerse al volante, o al menos demorar ese momento. Pero para Tomás Ariztía, sociólogo y académico de la UDP experto en consumo, hay algo más: la pérdida de estatus que ha tenido el auto entre los millennials en desmedro de otros medios de transporte, como la idealizada bicicleta. “El auto era pensado como un bien aspiracional entre quienes andaban en bicicleta y hoy eso se ha invertido completamente. Uno se acuerda del famoso comercial ‘Cómprate un auto, Perico’ y ahora diría que es a la inversa”, explica el académico.

Según el sociólogo, eso sí, aquí en Chile es un proceso que se está dando más bien entre los jóvenes con mayor poder adquisitivo  y explica que a nivel general aún estamos en pleno proceso de expansión del parque automotriz. “No hay datos que lo desglosen por nivel socioeconómico, pero me da la impresión de que es más un fenómeno de clase media, media-alta”, dice el sociólogo de la UDP.

Según José Miguel Ventura, gerente comercial y de marketing de Gfk Adimark, los nuevos ciclistas o incluso los que se van caminando al trabajo son parte de un fenómeno de mimetización que están realizando los jóvenes pertenecientes al grupo ABC1 con el resto de la sociedad. Para lograrlo, se han trasladado a comunas más céntricas -como Providencia, Ñuñoa o Santiago Centro- en busca de vida de barrio y de evitar los largos traslados a sus trabajos. “Esto es algo que empezamos a detectar de forma más fuerte a partir del año pasado, y se explica porque hoy socialmente es peor ser visto como cuico que como flaite, es cosa de ver las rutinas de humor de Viña. Por eso el joven ABC1 se trata de desligar de ese estigma que tiene su familia, se mueve adonde tiene su vida laboral y el auto se torna un bien de fin de semana”, explica Ventura.

Esto también ha modificado los patrones de consumo de este grupo. “Para el ABC1 más joven cambió la escala de prioridades y el acumular bienes es menos relevante que antes. Por eso entre comprarse un auto y viajar, prefieren viajar”, dice Ventura.

Escobar, por su parte, cree que la caída en el estatus del auto también se vincula a una conciencia más verde: “Tenemos una población joven educada en un mundo donde la ecología es importante, se valora la amistad y hay menos vida privada. Para ellos un conductor solo dentro de un auto es un despropósito; alguien que gasta plata, que contamina, que es egoísta”, dice. Ventura, de Gfk Adimark, es más escéptico porque de acuerdo a sus estudios, si bien estos grupos se muestran preocupados del medioambiente, “no hemos visto evidencia clara para decir que el consumo verde esté siendo relevante”.

 

Desde la Universidad de Michigan, el investigador Brandon Schoettle cuenta que la industria automotriz ha respondido a este fenómeno con campañas y modelos que quieren volver a captar el interés juvenil. Han incorporado en los nuevos autos características atractivas para los millennials, como interfaces compatibles con smartphones, posibilidad de revisar mensajes de texto o e-mails y wifi en los vehículos. Pero está por verse si eso funciona: “Los conductores mayores tienden a comprar la mayoría de los vehículos nuevos, por lo que no ha habido un gran impacto en las ventas todavía. Dependerá  de cuan tarde o temprano los jóvenes de hoy empiecen a sacar sus licencias de conducir para que conozcamos el impacto sobre futuras ventas de autos”, concluye Schoettle.

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